Mi relación con el deporte ha sido desde niña. Desde los 6 años hice gimnasia deportiva, deporte que ame con locura, de hecho mi ídola de pequeña era Nadia Comaneci, creo que su película la vi unas mil veces, me volvía loca después, me la pasaba dando piruetas por todos lados, mi madre sufría porque en vez de caminar por la calle daba medialunas, y toda pirueta que supiera hacer. Realmente es una de las cosas que le agradezco a mis padres, la posibilidad de haber incursionado en varios deportes. Y en el día de hoy sigo haciendo 3 o 4 veces por semana. Ustedes se preguntarán a que viene esto, a que muchos de mis profesores de gimnasia son los que han dejado huella en mi y como a veces eso es determinante en las personas para que luego de grandes sigan haciendo o no ejercicio. Obviamente tiene que gustarte pero el placer que uno siente luego de haber hecho ejercicio es inexplicable, a veces resulta difícil de explicar en personas que no les interesa. Te sentís poderosa, fuerte y ni que hablar de la mente, es un liberador total. Las pocas veces que he dejado de hacer ejercicio, sentía que el cuerpo me reclama esa cuota de movimiento. Ahora en Buenos Aires, extraño muchísimo a mi profe de Pinamar, una genia total, una mujer que irradia buena vibra, yo iba después de dejar a los chicos en el jardín a la mañana y después de la clase salía renovada. Ojala uno pudiera transmitir estos sentimientos porque de ser así creo que cualquier persona que no hace ejercicio haría sin dudarlo.
Imágenes: Reasons to be Fit
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